NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

ARTICULO SOBRE: “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE”

Hemos oído hablar sobre las apariciones y también de San Juan Diego,


Las apariciones de Nuestra Señora fueron un extraordinario suceso en los años 1531, Diez años después de la conquista de México. Un 9 de Diciembre de 1531.


Acontece algo que en las Sagradas Escrituras se le llaman Señales Prodigiosas y precisamente cuando había graves conflictos en México.


Por aquel entonces acompañado de los oficiales de la primera Audiencia, viaja fray Juan de Zumárraga a México, donde llega a fines de 1528. Zumárraga se aloja en San Francisco de México. Allí se reúne con los indios principales, y por medio de fray Pedro de Gante, les promete defensa y protección, al mismo tiempo que les ruega se abstengan de hacerle ningún regalo o donativo.


Cuando Zumárraga llega a México como Obispo-electo, se resiste al principio a tomar la jurisdicción eclesiástica, pero franciscanos y dominicos le insistieron para que asumiera ese cargo y así lo hizo.


Cuando presenta a las autoridades sus documentos que lo autorizan como obispo-electo y Protector de los indios, cree tener autoridad reconocida para intervenir en lo que sea preciso. Pero la realidad era otra, no se imaginaba los choques violentísimos que le esperaban con las autoridades civiles.


En cuanto se supo que el obispo estaba pronto para deshacer injusticias y defender a los indios de delitos horrendos y abominables las persecuciones se vuelven peor. Zumárraga hace denuncias en el púlpito por lo que lo mandaban callar y le decían que se limitase a los servicios estrictamente religiosos y como censuraban o impedían toda correspondencia no veía Zumárraga modo de enviar cartas de denuncia al Emperador. Hubo un valiente marinero vizcaíno se ofreció al santo obispo en secreto de llevarlas y darlas en su mano al Emperador. Y así lo cumplió.

 

En la carta de 1529, que refleja el ánimo valiente de Zumárraga, pide al rey que quite el mando a Nuño de cuya fechorías le informa, y retire también a Matienzo y Delgadillo. Ruega también que se tomen medidas eficaces para la defensa de los indios, que se acabe el abominable tráfico de esclavos, que se prohíba a los españoles tomar de algún indio a la mujer, hija, o hermana o hacienda o que les llamaran perros, o que los apalearan, o les dieran cuchilladas, o bofetadas, o los mataran. Porque acá dice la carta, tienen por cotidiano agraviar estos pobres indios haciéndoles robos y fuerzas que les parece que no son delitos.


Cuando todas estas horrendas cosas pasaban en México diez años después de la conquista el día 9 de diciembre de 1531, Juan Diego iba rumbo al Convento de Tlaltelolco para oír misa. Al amanecer llegó al pie del Tepeyac. De repente oyó música que parecía el gorjeo de miles de pájaros. Muy Sorprendido se paró, alzó, su vista a la cima del cerro y vio que estaba iluminado con una luz extraña. Ceso la música y enseguida oyó una dulce voz procedente de lo alto de la colina, llamándole: “Juanito; querido Juan Dieguito”. Juan subió apresuradamente y al llegar a la cumbre vio a la Santísima Virgen María en medio de un arco iris, ataviada con esplendor celestial. Su hermosura y mirada bondadosa llenaron su corazón de gozo infinito mientras escuchó las palabras tiernas que ella le dirigió a él. Ella habló en azteca. Le dijo que ella era la Inmaculada Virgen María, Madre del Verdadero Dios. Le reveló cómo era su deseo más vehemente tener un templo allá en el llano donde, como madre piadosa, mostraría todo su amor y misericordia a él y a los suyos y a cuantos solicitaren su amparo.


Cuando el Obispo Zumárraga escuchó a Juan Diego parecía dudar de sus palabras, pidiéndole volver otro día para escucharle más despacio, y le pide que le lleve una señal. Cuando Juan Diego dice esto a la Virgen ella promete darle esa señal.


El día 12 de Diciembre cuando Juan Diego tenía su cita con la Virgen se le enfermó un tío suyo Juan Bernardino quien estaba muy grave casi moribundo y Juan Diego se apresuro a traerle a un sacerdote de Tlaltelolco por lo que no pensaba ir a su cita con la Virgen porque primero quería atender al tío pero la Virgen le salió a su encuentro Juan Diego apenado se disculpa, pero ella le dice: “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿A caso no estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿Qué más te falta? No te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella; está seguro de que ya sanó.


Cuando la Virgen aparece a Juan Bernardino ella lo sana y le dice: “Te-coa-tla-xope en la lengua Azteca quiere decir “aplastara la serpiente de piedra”. Los españoles oyeron la palabra de los labios de Juan Bernardino que decía el nombre de Guadalupe. Así fue como la imagen y el santuario adquirieron el nombre de Guadalupe, título que ha llevado por cuatro siglos.


El mismo doce de Diciembre Juan Diego se encuentra con la Virgen ella le da la prueba que el Obispo Zumárraga solicitó para dar credibilidad a sus palabras manda a Juan Diego a recoger flores, Rosas al cerro donde no había ni era tiempo de que hubiera flores, sin embargo ahí fue el milagro, donde  aparecieron rosas de diversos colores y eran de castilla con exquisito aroma.   Le manda presentárselas al Obispo Zumárraga. Pensando que llevaba puras flores Juan Diego se las presenta al Obispo, pero cuál no sería su sorpresa de que al dárselas aparece estampada en su tilma la Imagen de NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. 


Después de ver la sagrada imagen y leer lo que les dijo, los indios abandonaron sus falsos dioses y abrazaron la Fe Católica. Ocho millones de indígenas se convirtieron en sólo siete años después de la aparición de la Imagen.


Ha habido miles y miles de testimonios de milagros recibidos que hasta la fecha sigue habiendo. En todas las ciudades de México en sus Santuarios pueden ver a las personas de rodillas cumpliendo (pagando) mandas y cuando van a cumplir una manda es porque ya han recibido el milagro, o sea que cuando piden la Intercesión de la Virgen por algún milagro ellos prometen esas mandas las que van a pagar a donde lo han prometido.


Acércate a la Virgen ella es una poderosa intercesora, acuérdate que ella adelanto el primer milagro de Jesús en las bodas de Cana. 


Dios les bendiga

Hna. Norma

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