ARTICULO 34

ARTICULO 34

Hola soy Hna. Norma; continuamos con “La Iglesia”


La Iglesia “solo llegará a su perfección en la gloria del cielo”, cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese día, “la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos  de Dios”. Aquí abajo, ella se sabe en exilio, lejos del Señor, y aspira al advenimiento pleno del Reino, “y espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria”. La consumación de la Iglesia en la gloria, y a través de ella la del mundo, no sucederá sin grandes pruebas. Solamente entonces, “todos los justos descendientes de Adán, ‘desde Abel el justo hasta el último de los elegidos’ se reunirán con el Padre en la Iglesia universal”. (CIC 769).


La Iglesia es visible y espiritual


“Cristo, el único Mediador, estableció en este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y amor, como un organismo visible. La mantiene aún sin cesar para comunicar por medio de ella a todos la verdad y la gracia”. La Iglesia es a la vez:


“sociedad dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo; el grupo visible y la comunidad espiritual;


La Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de bienes del cielo”. Estas dimensiones juntas constituyen “una realidad compleja, en la que están unidos el elemento divino y el humano”.


Y no olvidemos que nosotros mismos somos humanos y divinos por nuestro bautismo,  y todos nosotros como bautizados somos el cuerpo de Cristo (la Iglesia) y Cristo es la Cabeza. 


En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad del designio de Dios.


San Pablo llama “gran misterio” (Ef 5,32) al desposorio de Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo como a su esposo, por eso se convierte a su vez en Misterio. Contemplando en ella el Misterio, San Pablo escribe: el misterio “es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria” (1Col 1,27)


Y la santidad se aprecia en función del ‘gran Misterio’ en el que la Esposa responde con el Don del amor al Don del Esposo”. María nos precede a todos en la santidad que es el Misterio de la Iglesia como la “Esposa sin tacha ni arruga” (Ef 5,27) Por eso “la dimensión mariana de la Iglesia precede a su dimensión petrina”.


Te invito a meditar estos pasajes bíblicos y catequéticos, es grandioso y hermoso saber cómo participamos de este gran Misterio y cuan importantes somos cada uno de nosotros para nuestro Dios. Con que amor y delicadeza nos permite ser parte de Él, somos Su Cuerpo, porque El nos hizo y somos suyos.


Hna. Norma

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