4to domingo de Adviento

4to domingo de Adviento 

Primera lectura: 2 Samuel 7.1-5,8b-12,14a, 16


2a lectura: Romanos 16.25-27


Evangelio: Lucas 1,26-38 - La Anunciación


Decir fácilmente sí a la mayordomía


A medida que nos acercamos a la Navidad, la iglesia nos anima a reflexionar sobre la Anunciación. La Anunciación puede verse como el acontecimiento singular que cambió el mundo, pues es durante este episodio que María consiente la voluntad de Dios y Cristo es concebido en ella. Como mayordomos que nos esforzamos por seguir a Jesús, podemos aprender mucho al imitar a María en oración en nuestras propias vidas.

 

María tenía una fe y una confianza increíbles en Dios para poder aceptar su voluntad para su vida. Es importante señalar que a Mary no se le dijo cómo se desarrollaría exactamente su vida. No sabía que daría a luz en un pesebre, o de su huida a Egipto, o que Jesús desaparecería en el templo o que ella se quedaría al margen mientras lo crucificaban. En cambio, todo lo que sabía era que concebiría al Hijo de Dios. Muchas veces buscamos conocer la voluntad completa de Dios para nuestras vidas, pero podemos aprender de María a decir fácilmente que sí al paso actual del plan al que Él nos está llamando y, como María, reflexionar sobre la voluntad de Dios en nuestros corazones al pasar tiempo en oración.


Como mayordomos, Dios también nos está llamando a una misión muy específica e importante. S t. John Henry Newman dice que todos deberíamos reconocer que “Dios me ha creado para prestarle algún servicio definido. Me ha encomendado un trabajo que no ha encomendado a otro. Tengo mi misión ". Podemos vivir esta misión siendo administradores de nuestro tiempo y talentos para nuestras comunidades, nuestra parroquia y toda la Iglesia. Busquemos la intercesión de María y confiemos en el llamado del Señor para nuestras vidas y lo sigamos de buena gana.


Resumen


La anunciación puede verse como el hecho singular que cambió el mundo, pues es durante este episodio que María consiente la voluntad de Dios y Cristo es concebido en ella. Muchas veces buscamos conocer la voluntad completa de Dios para nuestras vidas, pero podemos aprender de María a decir sí con facilidad y oración al paso actual de la misión a la que      Él nos está llamando. Podemos vivir esta misión siendo administradores de nuestro tiempo y talentos para nuestras comunidades, nuestra parroquia y toda la Iglesia.

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